36 daré a su hijo una tribu para que quede siempre a David mi siervo
una lámpara en mi presencia, delante de mí en Jerusalén, la ciudad que me
elegí para poner allí mi Nombre.
37 Te tomaré a ti y te haré reinar sobre cuanto desee tu alma, y serás
rey de Israel.
38 Si escuchas todo cuanto yo te ordene, y andas por mi camino, y
haces lo recto a mis ojos guardando mis decretos y mis mandamientos
como hizo David mi siervo, yo estaré contigo y te edificaré una casa estable
como se la edifiqué a David. Te entregaré Israel
39 y humillaré el linaje de David por esta causa. Pero no para
siempre.»
40 Salomón trató de dar muerte a Jeroboam, pero Jeroboam se levantó
y huyó a Egipto, junto a Sosaq, rey de Egipto, y estuvo en Egipto hasta la
muerte de Salomón.